Crisis….estooooooooo……. mexicana

 

Por Beatriz Recio, directora de mujerhoy.com

Crisis...estoooo...mexicana

Aterricé en Madrid agarrada al asiento del avión y dando gracias por haber sobrevivido, ya que no esperaba hacerlo, y en un ataque de paranoia total, hasta había dejado un escrito para mi hijo por si me pasaba algo. Fue entre finales de abril y principios de mayo, justo después de haber relanzado la nueva imagen de mujerhoy.com y respiré aliviada cuando puse el pie en mi casa. El viaje habia estado gafado desde hacia más de cinco años...

La primera vez que traté de organizar un viaje a Estados Unidos, coincidió con mi embarazo. Como buena primeriza, seguí con devoción casi religiosa las indicaciones de mi ginecólogo, que me desaconsejó lanzarme a uno de mis hasta entonces habituales periplos internacionales. La segunda, cambié de trabajo. No era el momento, ni disponia de vacaciones, de modo que mi resignado marido anuló nuevamente el recorrido. La tercera y última vez, una dura situación familiar  hizo imposible el viaje.
"No vuelvas a sacar billetes con tanta antelación", le exigí a mi santo y paciente esposo. Pero no me hizo caso. Y volvió a las andadas.
¡Glups! Me daréis la razón si os digo que mi nerviosismo aumentó cuando para esta cuarta ocasión tan largamente planificada, volvieron a surgir dos impedimentos fuertes...
"No vayas, hijiña", me rogaba la tía Maria José desde Galicia, cuando le contaba lo gafado de esta aventura. "Ya muchas veces te ha avisado el destino. Algo hay que no quiere que vayas..."
El viaje

Entre el 25 de abril y el 2 de mayo estuve al fin en Estados Unidos. Fue un viaje fantástico, con buen tiempo y buen humor,  una estupenda experiencia. Me quedo con todo: el Gran Cañón de Colorado grabado en mi retina, los románticos paseos por San Francisco, la casposa inmersión el strip de esa ciudad imposible que es Las Vegas y ...qué deciros del placer de ir de compras por Manhattan o la frikada de tomarse un cosmopolitan en el legendario Peacok Alley del Waldorf Astoria en Nueva York...
De vuelta a casa, bajé del avión como decía, con la sensación de haber cumplido con algo pendiente. Estaba entera, no me dolía nada, no habiamos tenido el menor incidente y todo habia sido perfecto.
Los síntomas
Pero a la mañana siguiente, la gripe más salvaje hizo su aparición... fiebre, dolores musculares, ojos, oidos, garganta... ay, ay, ay... durante dos dias, estuve en casa hecha unos zorros. Al tercero, como me sentí mejor, fui al médico.
"Buenas, que tengo gripe y vengo de EEUU".
Reacción fulminante. "¡Mascarilla!" "¡Aislamiento!". Recluida junto con mi hijo en una sala aparte por si las moscas, esperamos un tiempo largo a que apareciese el médico.

Lucas abrió los ojos como platos cuando lo vio aparecer.
"¡Mira, mami! ¡Un astronauta!".
El doctor entró en la sala siguiendo el protocolo establecido para un posible caso de gripe... estoooo... porcina... guantes, gorro, peto protector, una especie de máscara antigas, maxigafas... la pediatra que entró a examinar a mi hijo, gastaba la misma guisa.

El dictamen fue que, por las zonas en las que habia estado, no creian que pudiese tratarse de un caso de gripe...estoooo porcina, pero tras consultar con las autoridades correspondientes, me recetaron diez dias de aislamientro en mi casa y llevar máscarilla si pisaba la calle.

"Y si sus sintomas empeoran, no venga por aqui. Llame al 112 e iremos nosotros"

Sali de la clinica un tanto alarmada, con mi mascarilla, puesta y me dirigí a la Seguridad Social. Si tenia que estar 10 días aislada mas me valdria tener un documento oficial para explicarlo en mi empresa.

Llegue al mostrador y traté de explicarme..."Buenas, que tengo gripe y he estado en EEUU..."

"¡Mascarilla!" "¡Aislamiento!", se movilizó el personal que me atendía. "¡Caso confirmado!",oí que decía una enfermera, tras apenas un vistazo a mi hoja de diagnóstico, precipitándose un pelín para mi gusto.

Nuevamente mi hijo y yo fuimos trasladados a una sala aparte y allí esperamos la atención médica.

Falsa alarma

"¿Pero que tontería es ésta?" me espetó un doctor de cuyo nombre no quiero acordarme, apenas me vio, sin explorarme ni auscultarme ni nada de nada.

El doctor venía con toda la parafernalia que habiamos visto antes en el hospital privado. Parecía disgustado y molesto como si le hubiese interrumpido de la mejor siesta de su vida.

Tras preguntarme en qué fechas habia estado en qué ciudades, me aseguró que no me pasaba nada y que podía irme a mi casa con viento fresco.

"Pero cómo... ¿qué no tengo gripe...estoooo... mexicana?" (aún me resistía a haber escapado de la maldición del viaje gafado y a llamar a la posible enfermedad con un nombre con tan poco glamour. Que me perdonen los mexicanos, por el injusto uso de su topónimo, pero gripe mexicana es mucho mas elegante).

Sali encantada de la consulta. Eran las nueve de la noche. Lucas se habia portado como un campeón, poniéndose la mascarilla sin rechistar cuando hizo falta y esperando paciente en la sala aislada las horas que estuvimos.

Nos merecíamos- por lo menos- un helado gigante de tres bolas de Haagen-Dazs, asi que, sin sentimiento de culpa, nos sentamos en la heladeria del lugar donde vivo.

"Ring, ring..! ¿Es usted Beatriz Recio? Al habla la consejeria de Sanidad..", oi una voz que me decía desde el movil. ¿Ha estado usted recientemente en EEUU? ¿Tiene fiebre? ¿Cómo se encuentra..?"

La amable funcionaria me explicó que me habian estado buscando y que consideraban que aunque probablemente no tenia nada, sería lo aconsejable que me quedase en casa aislada un par de dias, por si evolucionaban los síntomas. Habian llamado a mis padres para localizarme, y me pedian que hablase con mis jefes para trabajar desde casa si era posible...

"Pero, oiga, yo..."

Contada esta historia y estas opiniones dispares a mis responsables, ellos decidieron no correr el riesgo de poner en peligro la salud de mis compañeros.
Al final, no fue nada. Visto el  percal, menos mal.

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