Redes profesionales, un “salvavidas” para la mujer trabajadora durante la crisis

 

Cristina Hoole (Directora de marketing y comunicación de LinkedIn-Europa)

Redes profesionales, un ‘salvavidas’ para la mujer trabajadora durante la crisis

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló recientemente que la crisis económica podría provocar un incremento del número de mujeres desempleadas a 22 millones en 2009 y es posible que cree nuevos obstáculos en el camino hacia el crecimiento sostenible y socialmente equitativo. Ya lo estamos viendo; los recortes de plantilla se extienden desde sectores tradicionalmente dominados por los hombres (finanzas, seguros, etc.) hacia otras áreas de la economía en las que predominan las mujeres.

No son buenos tiempos para los trabajadores en general, pero menos para las mujeres que desean desarrollarse profesionalmente. Por eso ahora más que nunca es necesario que usen todas las armas a su alcance para que la actual crisis económica no les deje en el camino. Una de las herramientas clave que pueden usar son las redes profesionales, aunque no son algo nuevo para ellas: un estudio de European Professional Women’s Network ha demostrado que a diferencia de los hombres, las mujeres trabajadoras crean redes en primer lugar por motivos sociales o personales y en segundo lugar por motivos de trabajo (por ejemplo, para desarrollar un negocio propio, conocer clientes nuevos o potenciales, etc.).
Conectarse a un red profesional es ya una costumbre que cada vez va a más entre las profesionales. Las relaciones que entablan las mujeres tanto personal como profesionalmente son cada vez más importantes a medida que comienzan a gestionar sus trayectorias laborales en un entorno económico complicado. Según un estudio de LinkedIn, la mayor red profesional del mundo con más de 40 millones de miembros en todo el mundo y más de 400.000 en España, una mujer suele tener 95 contactos en su agenda en papel, 398 contactos en su agenda electrónica y 170 contactos en redes sociales en Internet.

La mujer trabajadora ha aprendido que los contactos en la red son esenciales
y ha de buscar los elementos que le une profesionalmente a ellos. Sabe que es esencial elaborar su perfil a la perfección para fomentar su imagen, promocionar sus conocimientos, habilidades profesionales y transmitir su personalidad. Tiene muy presente que su marca puede construir una imagen de confianza si habla con voz propia y cuenta una historia creíble.
En LinkedIn estamos viendo cómo las mujeres saben desmembrar las fortalezas de la red, quizá ahora más notoriamente por la crisis; describen allí sus experiencias, intereses y habilidades para ganar en visibilidad y posibilitar de esta manera que profesionales interesados en ellas les contacten. Así, ponen links, se posicionan en los primeros puestos en Google, crean grupos, destacan los reconocimientos recibidos, etc. Algunas, incluso, ponen una nota de humor, lo que es una estrategia con muchas posibilidades de dar resultados.

La mujer trabajadora usa la red profesional para aumentar su credibilidad
poniendo sobre la mesa estudiadas consultas y aportando respuestas útiles a quien las pide, así como realizando y obteniendo recomendaciones de calidad de compañeros, clientes y empleados. No se olvidan tampoco de construir una red de contactos, ya que es uno de los aspectos más importantes para fomentar su imagen de marca. Pero poseer una red de contactos no sirve sólo para intercambiar experiencias, consultas, resolver dudas, etc. También puede llevar a obtener una información valiosísima, algo que saben las mujeres con presencia en LinkedIn.
Suelen utilizar la herramienta de búsqueda avanzada para dar con personas cuya formación y experiencia profesional es similar a la suya y así pedirles consejo en temas respectivos a su negocio. Tienen en cuenta sabiamente que es mucho más probable obtener respuestas valiosas de la gente de tu entorno que de otros foros abiertos. El beneficio no se queda únicamente ahí; se han dado numerosos casos en los que una profesional ha buscado por LinkedIn a la persona que le iba a entrevistar para un determinado puesto y el resultado fue un éxito.
La primera se había enterado de aficiones en común con la entrevistadora y no dudó en ponerlas en liza durante el encuentro, haciendo éste mucho más llevadero. También se dio el caso de una trabajadora que buscaba información de una compañía específica, pues desea trabajar allí. La mujer usó la red para comprobar el grado de rotación del personal y contactar con antiguos empleados de la empresa. Estos le expresaron sus opiniones sinceras sobre la misma. Gracias a esta información, vio claro que no era precisamente lo que buscaba.
Estos ejemplos demuestran que las redes profesionales se han convertido en un elemento imprescindible para, no sólo encontrar trabajo, sino desarrollarse profesionalmente y buscar soluciones a los obstáculos de su negocio. Las mujeres, que históricamente han tenido más dificultades en el campo laboral, están haciendo de ellas un instrumento eficaz para lograr sus aspiraciones. Por necesidad –un salvavidas ante la crisis- , por comodidad –ahorro de costes y tiempo- y porque la red no entiende de sexos.

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