Violencia y Medios de Comunicación. Una segunda mirada


Hacer visible la violencia de género en los medios de comunicación no se logra con una campaña de año en año, aseguran especialistas en el tema. Pero, ¿cómo se valora este asunto desde los propios medios? Isabel Moya, teórica de la comunicación y directora de la Editorial de la Mujer y Aloyma Ravelo, periodista con una larga especialización en temas de sexualidad y género, responden a No a la Violencia. SEMlac:
¿Por qué se afirma que es vital la información sobre violencia en los medios de comunicación? ¿Cómo se materializa esa afirmación?
Isabel Moya: Como uno de los elementos socializadores de las sociedades contemporáneas y referentes normativos, los medios de comunicación pueden contribuir a visualizar la violencia de género. Sin embargo, no podemos contentarnos con una mirada cuantitativa del fenómeno, pues pueden aparecer, como de hecho esta pasando en los últimos años en el mundo, muchas noticias sobre el tema, pero su tratamiento sexista, en lugar de hacer visibles los orígenes y condicionamientos culturales y sociales de esta forma de violencia, contribuyen a naturalizarla. El tratamiento sensacionalista, amarillista, del tema legitima mitos y prejuicios que atribuyen esta violencia a la pasión, los celos, la locura, el adulterio, y esconden su esencia de ejercicio del poder androcéntrico. En otras ocasiones se queda sólo en la victimización de las mujeres.Así que estoy de acuerdo con que es necesario romper el silencio, pero no construyendo relatos mediáticos que sólo refuercen los mitos estereotipados que pretenden justificar la violencia de género.
Aloyma Ravelo:El camino es demasiado largo y empedrado todavía. Muchas mujeres aún no tienen la certidumbre de que son víctimas de ultraje y violencia, cuando ésta es sobre todo psicológica, económica, sexual… A veces un galletazo o amenazas serias las toman como un pequeño “defecto” de su pareja, porque, por lo demás, “él es tan bueno”… Lamentablemente, en el imaginario colectivo, eso no es para nada violencia. Sencillamente, se dice, los cubanos y las cubanas somos así, gritones, escandalosos, bullangueros. Se desvirtúa nuestra identidad e idiosincrasia. Aquella gracia picaresca, aquel donaire tan criollo, se han ido sustituyendo, en numerosos hogares, sitios públicos y en las propias calles, por ofensas, empujones, agresividad que deja perplejos a muchas y muchos cubanos comunes, “de a pie”, porque es a pie cuando realmente se puede apreciar y sentir en carne propia.
SEMlac: ¿Ha habido en los medios audiovisuales cubanos un avance en este sentido? ¿Se publican hoy más materiales sobre violencia de género? ¿Están siendo efectivos?
Moya: En Cuba el tema se está abordando mucho más y, en mi opinión, de manera general, con un buen tratamiento, lejos del sensacionalismo. Con la participación de expertas y expertos en el tema y, sobre todo, dando voz a las mujeres… Pero la efectividad en los temas de comunicación es bastante difícil de medir, pues el receptor o receptora es un ser activo, constructor de sentido, que se apropia o rechaza la propuesta mediática a partir de sus propias vivencias y de los resortes que el discurso logre movilizar. Pero puedo decir que son bien acogidos.
Ravelo: Todavía no se habla, por los medios, suficiente sobre el tema, que aparece, sobre todo, en los días cercanos a la fecha de la campaña anual de “No a la violencia”. Pero no hay programas fijos dedicados al asunto, ni especiales que toquen la temática de manera sistemática, como sí los hay de droga, de VIH/sida. Sin embargo, a simple vista, cualquiera de nosotras que se ha aproximado al tema, sabe y reconoce que por lo bajito hay el quíntuplo de mujeres que son víctimas de violencia e innumerablemente superior a las que viven con VIH o sida. A mi modo de ver, la violencia de género es algo que todavía los decididores de políticas públicas, los directores de prensa, los ejecutivos de la radio y la TV, no visualizan o no desean meterse en ese terreno minado. Si desde la producción masiva de información no hay campañas con una intención bien pensada, ordenada, que afronte el problema con sistematicidad acerca de la violencia de género, intrafamiliar, hacia los ancianos, etc.; la gente sigue pensando que gritarse, ofenderse, decirse cualquier cantidad de improperios con los vocablos de moda que aluden a los genitales masculinos, no tiene la mayor trascendencia. Es simplemente normal, natural.
SEMlac: ¿Han tenido retroalimentación de sus lectoras cuando publican este tipo de trabajos? ¿A grandes rasgos, dónde podrían estar las mayores inquietudes o necesidades de información?
Moya: En la experiencia de la revista Mujeres, este es un tema que lectoras y lectores agradecen. Creo que es necesario profundizar en la violencia sicológica, en el tema de los celos no como una forma de amor, sino de control, la violación marital, entre otros.
Ravelo: Cuando se ha publicado alguna reflexión o artículo sobre la violencia, hemos tenido retroalimentación, sobre todo de mujeres que viven situaciones a las que se alude en el trabajo periodístico. Mujeres que no saben cómo afrontar su problema porque no sólo están atadas al círculo de la violencia, sino que están girando en otro círculo tan tortuoso y humillante como el anterior, y es la imposibilidad de recoger sus bártulos, marcharse y dejar atrás ese capítulo de sus vidas. Esto es algo trágico. Salir de la violencia bajo el mismo techo parece algo imposible. Pasa entonces, la violencia, por el cruzamiento de lo económico. Queda la encrucijada: ¿Hablar o callar? ¿Y qué se hace para resolverle el problema a miles de mujeres que son víctima de violencia? Es como una caja de Pandora. Difícil, sin dudas.
Publicado por: Semiac (corresponsalía en Cuba de la Agencia Internacional Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamerica y el Caribe)

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