Una guardia civil denuncia a un mando por acoso laboral y sexual

 

09/09/2009
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EL IMPUTADO ERA ENTONCES SU CAPITAN.
La agente fue integrante del equipo que trabaja con mujeres maltratadas.
09/09/2009 REDACCION
Cuando ya la tenía totalmente aterrorizada llegó a besarla y tocarle los pechos. Era habitual que la llamase a su despacho para preguntarle el color de su ropa interior y exigiendo que se la enseñase, alegando que él era su capitán, o decirle en qué partes de su cuerpo tenía que poner su perfume, mientras la tocaba". Este es un extracto de la denuncia de María Goretti González, presentada el 24 de junio en los juzgados ovetenses, que reproduce esta semana la revista Interviú. Ella era una de las responsables del grupo Emume de la comandancia ovetense de la Guardia Civil, dedicado a los delitos contra las mujeres y los menores, y en su denuncia acusa a su superior, el hoy comandante Pedro Amable Marful, de abuso, acoso sexual y acoso laboral.
El caso aún está pendiente de juicio --iba a celebrarse el 3 de septiembre, pero se suspendió--. Por ahora, la magistrada Marisa Llaneza, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Oviedo, ha imputado al comandante por estos delitos. El, por su parte, también ha denunciado a su subordinada por injurias y calumnias.
Concepción Trabado, la abogada de María Goretti González, cuenta que "al principio, María se negaba a los requerimientos de su superior, pero luego entró en un estado de shock, de terror hacia él. Cuando, se recuperó algo y se negó a dejarse tocar o a enseñarle su ropa íntima, él la castigó aún más, humillándola continuamente en el ámbito laboral". Su representada lleva desde hace tres años de baja psicológica "por las secuelas que arrastra del acoso laboral y sexual que sufrió desde 1998 hasta 2006", dice Trabado.
Según el reportaje de la revista Interviú, María llegó a Asturias desde la academia de la guardia civil de Baeza (Jaén) en 1992, y en 1996 fue destinada al Emume. Dos años después pasó a estar bajo las órdenes del comandante Marful. La denuncia refleja que sus problemas con el que entonces era su capitán comenzaron enseguida. "En el momento en que el denunciado veía a mi representada hablar con otro compañero, enfurecía", narra en la denuncia, que también apunta que "en numerosas ocasiones exigía que se presentase a cualquier hora del día o de la noche, no sólo sin estar de servicio, simplemente para estar a su lado, hacerle preguntas sobre su vida personal e íntima, e incluso invitarla a cenar, alegando que él cobraba más dietas que ella".

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