
Esta mañana, 16 de julio de 2009, he vuelto a sorprenderme con el tratamiento que un medio de comunicación ha dado a un asesinato por violencia de género, en esta ocasión le tocó a Antena 3 noticias. El locutor textualmente afirma que: - "el móvil del asesinato han sido los celos” y una vez mas, se pretende dar cierta explicación a la muerte de una mujer, que por el simple hecho de serlo es considerada por su agresor carente de los derechos mínimos de libertad, respeto y decisión.
El móvil no son los celos sino el sentimiento de que pierden algo que les pertenece reforzado por este mecanismo social fundamental e históricamente establecido por el cual muchos hombres aún piensan que las mujeres están bajo su mandato y le permiten conductas de posesión como los celos, la desvalorización, el aislamiento social, el chantaje emocional, el control y todos los tipos de violencia que nos podamos imaginar.
¿Por qué el hombre manifiesta los celos en forma de ira o agresión y la mujer en forma de tristeza, depresión y autoreproches?, ¿por qué el hombre y su autoestima toleran con tanta dificultad el abandono de una mujer?, ¿por qué sólo se habla de la muerta si ya lo está?, ¿importa tanto si murió estrangulada con diez vueltas de cable o acuchillada 52 veces, la fotocopia de su DNI, si iba sola o acompañada, si había "rehecho su vida" o si “qué raro que no había denunciado nunca”?.
La violencia contra las mujeres no responde a un comportamiento natural, es una actitud aprendida mediante la socialización y los medios de comunicación son un agente de primer orden en este sentido, tienen un poder incuestionable en el comportamiento humano y la formación de la opinión pública y por ello deberían deslegitimar las bases sobre las que se construye la sociedad machista.
Intervenir desde dentro de los medios para generar cambios profundos y sostenibles, adoptar medidas para que se transmitan valores y modelos que destierren la violencia como método válido de resolución de conflictos e ir a las causas que la generan, son iniciativas imprescindibles. Los medios tienen una importante cuota de responsabilidad en el punto y final de esta realidad materializada en pautas tan injustas.
Hace muy poco tiempo, las muertes derivadas de la violencia hacia las mujeres eran denominadas en los medios "crímenes pasionales”, concepto que resultaba de una perturbación del ánimo comprensible en el comportamiento del hombre que se sentía amenazado por su pareja en aquella circunstancia que él considerara oportuna, además implicaba una no premeditación que resultaba una defensa válida en casos de asesinato y mientras ella criaba malvas para siempre, él se iba a la cárcel un par de años, y, lo que es peor, estaba libre para repetir una conducta que no había modificado.
Y aquí se me genera la pregunta de siempre: ¿por qué da tanto miedo la igualdad?.
Belén López Cillero
Trabajadora Social del Centro de Apoyo a la Mujer (Cosopga)
El móvil no son los celos sino el sentimiento de que pierden algo que les pertenece reforzado por este mecanismo social fundamental e históricamente establecido por el cual muchos hombres aún piensan que las mujeres están bajo su mandato y le permiten conductas de posesión como los celos, la desvalorización, el aislamiento social, el chantaje emocional, el control y todos los tipos de violencia que nos podamos imaginar.
¿Por qué el hombre manifiesta los celos en forma de ira o agresión y la mujer en forma de tristeza, depresión y autoreproches?, ¿por qué el hombre y su autoestima toleran con tanta dificultad el abandono de una mujer?, ¿por qué sólo se habla de la muerta si ya lo está?, ¿importa tanto si murió estrangulada con diez vueltas de cable o acuchillada 52 veces, la fotocopia de su DNI, si iba sola o acompañada, si había "rehecho su vida" o si “qué raro que no había denunciado nunca”?.
La violencia contra las mujeres no responde a un comportamiento natural, es una actitud aprendida mediante la socialización y los medios de comunicación son un agente de primer orden en este sentido, tienen un poder incuestionable en el comportamiento humano y la formación de la opinión pública y por ello deberían deslegitimar las bases sobre las que se construye la sociedad machista.
Intervenir desde dentro de los medios para generar cambios profundos y sostenibles, adoptar medidas para que se transmitan valores y modelos que destierren la violencia como método válido de resolución de conflictos e ir a las causas que la generan, son iniciativas imprescindibles. Los medios tienen una importante cuota de responsabilidad en el punto y final de esta realidad materializada en pautas tan injustas.
Hace muy poco tiempo, las muertes derivadas de la violencia hacia las mujeres eran denominadas en los medios "crímenes pasionales”, concepto que resultaba de una perturbación del ánimo comprensible en el comportamiento del hombre que se sentía amenazado por su pareja en aquella circunstancia que él considerara oportuna, además implicaba una no premeditación que resultaba una defensa válida en casos de asesinato y mientras ella criaba malvas para siempre, él se iba a la cárcel un par de años, y, lo que es peor, estaba libre para repetir una conducta que no había modificado.
Y aquí se me genera la pregunta de siempre: ¿por qué da tanto miedo la igualdad?.
Belén López Cillero
Trabajadora Social del Centro de Apoyo a la Mujer (Cosopga)
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